martes, 12 de marzo de 2013

XVIII Mitja Gavà +10K


2013.03.10 / Mitja Marató de Gavà


La noche ha sido la habitual antes de una competición, y las que vengo teniendo también en los últimos tiempos, por el trabajo, o porque me hago mayor, sueño partido en 2 ó 3. Pero tampoco es lo más importante pienso al ponerme en pie. Desayuno normal, las 2 rebanadas de pan, hoy con mermelada, y en lugar de nestea, que mis padres no tienen, trina de naranja.

Así, desde Lliçà hasta Viladecans, donde hemos quedado con Isa, Joan y Nuri, pero, como se han perdido, vamos hacia la salida, para, aprovechando mis conocimientos de Gavà, aparcar justo al lado de salida y meta, y así tener más controlada la logística de la carrera. Paseo a buscar el dorsal, el número 9, y rutina de calentamiento y pre competición.


Salida muy acogedora, ubicada en una calle de la que obviaré el nombre, por lo mal que ya me está cayendo el “personaje en cuestión”. No ha pasado ni el primer km, que ya noto las agujetas en las piernas, o dicho de otro modo, los entrenamientos de jueves, viernes y ayer, van a pasar factura.

No obstante, el km1 es rápido, 3’28’’, aunque irreal, al ser tan favorable el trazado. En él me alcanza un grupo muy compacto, de unas 7 unidades, que aparentemente no parece que vayan a cumplir con el objetivo que se corresponde con ese ritmo, 1h15’, pues ya irían con el grupo de cabeza, pero no me vuelvo loco y me quedo en mi sitio, a mi ritmo, y sólo.

Al paso por el km2 ya me he estabilizado en el ritmo de 3’45’’, que es el que quiero llevar, y también empiezo a notar el calor sin llegar a escozor en los pies, no sé ahora si de mis nuevas Adidas Energy Boost, o por tanta vaselina como me he untado para evitar las ampollas.

Situado en la Avenida del Mar el aire se hace presente, de momento no es fuerte, ni todo de cara, a ratos es de lado, pero voy solo, alcanzo a un corredor, hay otros algo más delante de los que me han pasado, pero creo que es peor el sobre esfuerzo de alcanzarlos que el riesgo de frenarme, así que sigo el “ritmo crucero” hasta que al paso por el km5 me alcanza un grupo de unos 5 corredores, comandados por un triatleta, a los que escucho hablar de “quedarse ahí”, y que por unos momentos quiero ceder el testigo, sobre todo ante el aire que ahora viene de cara y sí es más fuerte, pero que no hago porque me encuentro bien, y soy así.

Al llegar al km8, ya en el Passeig Maritim, Ivan, que así se llama el chaval, se pone delante, ante la falta de relevos de nadie de su grupo, y me invita a marchar detrás algún rato, porque, “te lo estás comiendo tú todo”. Accedo, no sin marcarle que mejor vayamos “contra dirección”, tratando de buscar algo de “cobijo” en los edificios de la izquierda. Por supuesto, recibimos las advertencias de los voluntarios y fuerzas de seguridad, pero es que el aire está frenando nuestros ritmos, hasta el punto de no marcar ni un solo km por debajo de 3’50’’.

Volvemos al “redil” de nuestro carril en la rotonda del Txalaka, divisando ya el km10 y el cambio de sentido. Justo antes del paso puedo animar a David Guiamet, que marcha en el trío de cabeza, y pisar la alfombra ChampionChip en 38’06’’, con 16’’ de “retraso” sobre la 1h20’. Si en el km5 eran 3’’ de margen, quiere decir que he perdido 19’’ en este parcial. No obstante, sé que llevamos un buen ritmo, que a cada km hemos ido pillando alguna unidad de aquel grupo tan compacto del primer km, y que ahora, a la vuelta, el aire será de espaldas.

Al dar la vuelta, mi otra función es comprobar cómo va Esther. La confianza es grande, va con Enrique, al paso por el km2 he girado la cabeza y me ha parecido que iba 1ª, pero han pasado 8kms y la competencia siempre es dura. Pese al ritmo que llevamos y el sol casi de cara, voy contando y cuando me la cruzo, ya en el km11 para mí, veo que sí, que conserva la posición de privilegio, y que va bastante bien resguardada en un grupo grande, un minuto y pico por delante de la liebre de 1h30’ que es donde va la que le sigue, si mis cálculos y cuentas no me han fallado.

A partir de aquí, y como siempre que el recorrido es de ida y vuelta, cruzarse con los compañeros/as de equipo aporta energías renovadas con cada ánimo que recibes, y si además, el aire ahora se nota de espaldas…, mejor que mejor, aunque por aquella ley del famoso Murphy, no parece tan fuerte.
Passeig Marítim buscando las sombras de edificios y árboles, y en el km14 exacto, continuar por el asfalto rojo y más “suave” junto a la playa, y al paso por el km15 en 56’40’’, he recuperado 24’’, y además, estoy en el mejor momento de la carrera, en las dunas de Gavà Mar, por el sinuoso y atractivo carril bici sólo alterado por el “tonto de turno”, que te aparece de cara en la curva con su bici de domingo, sin pararse pese a ver la carrera, hasta que casi te atropella.

Ahora sí, ahora toca la de verdad, Francesc Cambó, y Carrer del Mar, esta vez, con el aire de cara, y con una sensación de calor más acusada, tanto en los pies, que ya van solos, como en la espalda, en la cara, y en la cabeza…, menos mal que no he cogido hoy ni guantes, gorro y buff.

Al paso por el km17 cazamos ya al resto de unidades de aquel grupo, y otros, y del nuestro sólo quedamos Ivan, otro chaval jovencillo, que habiéndome dado varias veces en los pies, provoca en mí el pensamiento de quedarme, relajarme un poco, y pensar claramente en el Maratón. Pero cuando hago el amago, Ivan se gira, y me dice…, te vas a quedar ahora ¿? Pero es que, me lo dice de tan buen rollo! me ha caído tan bien este chaval! y me lo estoy pasando tan bien!, que pienso…, y por qué me voy a quedar? Pues venga, calentón y a meta!!!

 


Pero nen!, es llegar al paso bajo la vía, y la pequeña rampa de la calle Salamanca, me parece el Tourmalet, me quedo literalmente clavado, aunque mantengo la cabeza del grupillo, y encaro la Rambla con todas las ganas. Ahí me mata la segunda “tonta del día”, que desoyendo los gritos de la voluntaria que le ordena salir de nuestro paso con su perro, acaba por entorpecer mi camino y hacerme saltar al abalanzarse el perro contra mí. Me descoloca un poco, pierdo contacto con Ivan y paso la alfombra del km20 en 1:15:45, con 5’’ de desfase.

Pero esto es algo que en carrera ni sé, pues no estoy ni para mirar el cronómetro, y creo que ni le pulso la tecla a mi antiguo Polar S510 que es con el que he ido hoy. Así que encaro ya sólo la Martirs del Setge de 1714, como si yo ya fuera uno de ellos, cansado y destartalado, y llego al Estadi Municipal La Bòbila viendo que en el cronómetro de meta media el minuto 19 que pasa de la hora, por lo que aprieto todo lo que puedo para cumplir el objetivo marcado, 1h19’55’’.





Antonio Sevillano / SLOP.CAT SABADELL / SLOPRUNNERS / www.sloprunners.cat

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